martes, 6 de diciembre de 2011

Donde estabas entonces

Te llamé aquella noche
pero tú no estabas.
No contestaste mis mensajes,
no respondiste mis llamadas.

No te vi, no te oí, no estabas.
No sabía por qué, siempre te quedabas a mi lado.
Siempre que estaba solo, venías,
acudías a mi enfado, y sin pensarlo dos veces,
sabes.

No tuve, no sentí, no pensé.
Joder, siempre que estuviste, cuanto te odié.
Y es que déjalo, no insistas, jamás te querré,
ni te quise.

Esclavo forzado, acompañado, denigrado a tu compañía,
a todo lo que te resultara de tu agrado, pero...
Liberado, acomplejado, abandonado.
Libre de que estés presente, de que sigas a mi lado, ya ves.

Nunca me odiaste, pero ¿alguna vez me quisiste?
Me cansé de aquellas tardes, yo, el ordenador y tu abrigo.
También me cansé de tí, pero no lo aceptaste.
No me dejaste otra, ¡Te puse los cuernos, joder!
Porqué no lo aceptabas, ¿quien te creíste que eras?

Tú eres mi soledad, quien tanto me amaba.
Tú eres la soledad, quien me quiso de verdad

No hay comentarios:

Publicar un comentario